Siete

Sobre Altagracia Cafeolé cayó una maldición, su amante se transformaría en nutria si cantaba siete veces una canción. Ella hizo poco caso, la verdad.
“Cada siete años se muda la condición, la costumbre y la complexión”
“Si te caes siete veces, levántate ocho” (proverbios chinos)
La semana tiene siete días porque el padre de Jesús (que antes de ser ornitólogo fue pionero en el “do it yourself extreme makeover”) montó todo el tinglado en seis y descansó uno. A mí me hubiera gustado descansar un poco más, pero también es cierto que si le hubiera dedicado, qué sé yo, diez días, igual le queda todo más niquelado.
Los pecados capitales son siete, pero debe de ser de capitales de Oceanía, porque aquí nadie paga por ellos.

Por motivos de salud esta semana no hay foto de saltos, pero sí de resurgidos y con boina, por ser funda-mental
Siete son los colores del arco iris, y nunca entendí por qué los Village People, entonces, eran seis.
En la religión islámica hay siete estadios o cielos. En España hay muchos más estadios, y ojalá hubiera aún más centros de investigación.

Mercedes Viorica Papiercushé era la encargada de llevar cada mañana el Apocalipsis a su pueblo (así llamaban allí al diario local)
En el Apocalipsis hay siete de cada cosa: siete sellos, siete juicios, siete ángeles con siete trompetas para enviar siete castigos… algo me hace sospechar que el que lo escribió era sietemesino.
Los gatos tienen siete vidas, pero los españoles tienen más, si no no entiendo que sobrevivamos a todo.

Constantina Laserjazz detestaba la afición de su novio por el acordeón. En más de una ocasión lo amenazó con una botella para que parase.
Siete eran las Maravillas de la Antigüedad, aunque como el ser humano es como es, queda sólo una, y porque es muy maciza. Por cierto, hay un pueblo de Murcia donde la mitad de las mujeres se llaman Maravillas (unas 3.500), y también se vive mucho la antigüedad.

Fruto de una manzana envenenada, cierta princesa mutó en aprendiz de Dita Von Tís y le salieron príncipes a patadas
Blancanieves compartía piso con siete hombres de pequeña talla. A día de hoy tendría que compartir, como mínimo, con catorce, porque aunque se dediquen al diamante, la muchacha no tiene trabajo ni prestación, y la vida está mucho más cara.
Los Siete Magníficos eran siete, no mentían.
Siete son las notas musicales, aunque eso da igual, porque aquí todo desafina.
William Shakespeare dividió en siete las edades del hombre: infancia, niñez, el amante, el soldado, el adulto, la edad avanzada y la senilidad. Tengo curiosidad por cuántas tendría la mujer según él. ¿Dos? ¿Ser o no ser?

A Roberta Daniela Afiní Queteví le daba tanta pereza felicitar a sus amigas que adiestró a su loro para que lo hiciera. Éxito total.
Y siete son los años que cumple este blog. Alucino pepinillos. ¡No puedo estar más contento y agradecido!
¡Os adoro!
¡Sed muy Felices!

Gracias a tan genial regalo de cumpleaños, Ana Rafaela Gutenmorguen ganó el concurso “mejor amiga” de su rellano
¡Nos vemos en Instagram !
🙂 Grupo de Hong Kong Blues en FACEBOOK.
¡FELICIDADES! ¡Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!
¡FELICIDADES! ¡Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!
¡FELICIDADES! ¡Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!
¡FELICIDADES! ¡Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!
¡FELICIDADES! ¡Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!
¡FELICIDADES! ¡Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!
¡FELICIDADES! ¡Y POR MUCHOS AÑOS MÁS!
¡Gracias elevado a la enésima potencia! <3 <3 <3
Felicidades gurú!!!!!!! Te envío siete besos (firmado: La fiel admiradora de tu blog, tu persona y piticlí). Muaks!
Conocer a gente como tú ha sido uno de los grandes regalos del blog. Resultas francamente admirable y estimulante, ¡MAESTRA!
Querido HKB: me ha dejado preocupada lo de los Village people, qué fallo!! jajaja…
Muuuchas felicidades, yo leo unas siete veces cada uno de tus post.
Un abrazo.
Jajaja. Pues yo te adoro a la enésima potencia. ¡Besos!
Has elegido bien. En mi modesta opinión es el número mágico de la cábala. Un abrazo.
Me alegro que así lo veas. ¡Otro abrazo!