Estos días la gente anda loca comprando lotería. Tanta dieta y al final tod@s queremos que nos toque el Gordo, o cuanto menos, que no le toque al de al lado y no a ti. Personalmente, a falta de querer hablar más de la Navidad (ya sabéis mi postura, así que si queréis Navidad, pues leéis a Gemma o Kiku, que a ellas sí les gusta), voy a centrar el
El canario de una amiga se mareaba cada vez que hacían un viaje en coche. El pobre pájaro, a la que llevaban un rato de camino, bajaba al suelo de la jaula y empezaba a poner cara de encontrarse mal (que alguien me explique cuál es, por favor), e iniciaba unos gestos similares a las arcadas. Ante tal situación, en posteriores viajes, mientras una parte de la familia se
Es oír la palabra Navidad y se me ponen los pelos de la Bruja Avería, la saliva se me atraganta como si me fuese a visitar Jessica Fletcher, y mis ojos empiezan a dar vueltas cual Marujita Díaz. Y yo me pregunto: ¿será que no me gusta?, ¿o será que me gusta pero no la que me ha tocado a mí? Dicen que la ironía del suicida es que considera
