‘El Ruiseñor’, de Kristin Hannah
Existen libros en los que, al finalizar su lectura, experimentamos una doble sensación: en primer lugar, de pérdida, por despedirnos de personajes que nos han acompañado durante unos cientos de páginas; por otra parte, de satisfacción por haber entablado relación con ellos y haber sentido y respirado sus vidas. Uno de esos libros es, sin duda, El ruiseñor, de la estadounidense Kristin Hannah.
Nos encontramos en Carriveau, en 1939, un pueblo localizado en una Francia a punto de ser ocupada por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Antoine, casado con Vianne Mauriac y padres de una niña, Sophie, se ve obligado a marchar al frente y abandonar a su familia. Aunque Vianne, mujer cabal, no cree que los nazis vayan a atacar Francia, finalmente lo hacen: tropas de soldados desfilan por las calles, tomando prisioneros y haciendas y sembrando la inquietud y el terror en las tranquilas vidas de los habitantes de la población. Vianne se muestra dispuesta a todo por defender a su familia pero su situación se vuelve crítica cuando un capitán alemán procede a requisar su vivienda y comienza a vivir en ella, provocando en la mujer sentimientos encontrados.
El contrapunto de Vianne es Isabelle, su hermana, una joven que no está dispuesta a permanecer pasiva ante la invasión de su país. Comienza a colaborar con la resistencia y entabla contacto con Gaëton, un partisano comprometido con la causa y dispuesto como ella a luchar hasta las últimas consecuencias. Los acontecimientos demostrarán a las dos mujeres, tan distintas en su carácter y en su forma de encarar su existencia, que ni su dignidad ni ellas mismas se encuentran a salvo.
Los dispares posicionamientos de ambas hermanas ante la contienda convergerán hacia un punto sin retorno al que se verán abocadas y que les obligará a tomar decisiones que cambiarán sus vidas para siempre.
La trama avanza combinando con maestría la intriga, la intensidad y la crueldad de una época convulsa junto a una trama en la que el amor desempeña un papel importante. Kristin Hannah consigue hacer desembocar todas las historias con habilidad hacia un hábil y espléndido final que, a mi parecer, logra dejar en el lector ese poso de satisfacción que producen la buena literatura.
Un libro duro pero necesario aunque, sobre todo, una lectura y una autora que debéis recordar y no dejar pasar de largo: El ruiseñor, de Kristin Hannah.
Querido Pedro: me has animado mucho para leer este libro, me ha encantado lo de la pérdida, nunca supe encontrar las palabras para describir ese sentimiento al terminar un libro.
Un abrazo!
Ya deseo poder leer este libro 😀
PD: Gran artículo!