Callejear por Oporto
–Hoy dedico esta entrada a María y Aitor, amigos y seguidores del blog, que estas fechas viajarán a Oporto, una de mis ciudades favoritas de Europa. A ellos y al todos, os invito a descubrirlo callejeando, sin rumbo, caminando por cualquier lugar que una mirada haga desear. Este es un post donde las imágenes valen más que las palabras. Espero que disfrutéis Oporto tanto como yo.
Oporto
Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Melancólica belleza, secreto de la vieja Europa.
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Un caótico entramado de empinadas callejuelas cruzan el corazón de Oporto y se descuelgan hacia el río.
Edificios señoriales conversas con los más humildes
Son las formas del color
Expresión y sentimiento
Fachadas en ruina, edificios abandonados, otros en reconstrucción o ya restaurados, hacen de la ciudad un lugar muy especial para los amantes de la fotografía y la arquitectura.
En el muelle de la Ribeira se juntan con el río gaviotas y coladas al sol.
El color inunda el alma en la plaza de la Riviera, epicentro económico de la ciudad durante los siglos XIV a XIX.
Y avanzamos entre tejados, edificios desordenados, balcones, ventanas, gaviotas y color
El Puente Luis I remata la Riviera para cruzar a Vila Nova de Gaia
Proyecto del ingeniero Seyrig cuando el comercio en la ciudad lo hizo necesario.
Fue inaugurado en 1886
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—El puente invita a subir y subiremos
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Empinadas escaleras, iglesias que aparecen entre hierros, andamios y ropa colgada.
Una vez arriba la Riviera nos despide.
Del otro lado, Vila Nova de Gaia regala las vistas más bonitas de la ciudad.
Pero eso es otro paseo.
Regresemos hasta la Catedral
La Catedral de Oporto es también sede Episcopal. Su primer edificio es románico de finales del siglo XII. A lo largo de los siglos sufrió ampliaciones y remodelaciones. De su etapa gótica es la capilla funeraria y el claustro. Su exterior fue modificado en época barroca.
El Palacio Episcopal se encuentra junto a la Catedral y es de estilo barroco y rococó aunque tiene aún restos románicos del siglo XIII
En su interior un impresionante patio cubierto de azulejos se abre a nuestros sorprendidos ojos.
El Palacio Episcopal puede visitarse, y merece la pena.
Desde la plaza de la Catedral tendremos delante una hermosa panorámica de Oporto. Y es un buen lugar para ver atardecer.
La Torre de los Clérigos es otro de los lugares típicos a visitar en Oporto.
Está levantada en granito y mide 76 metros. Tanto la torre como la Iglesia son obra del arquitecto Nicolau Nasoni, máximo representante del barroco portugués. Al estar situada en lo alto de la ciudad puede verse desde casi cualquier punto de Oporto, incluso fue referencia para los antiguos navegantes. Desde lo alto, y tras subir más de 240 escalones, podremos ver una estupenda panorámica de la ciudad.
El único problema es que el control de acceso no existe. Se compra la entrada y se hace una larga cola. La escalera es muy estrecha, más aún según se va llegando a lo alto de la torre. Y arriba suele haber tanta gente que apenas puede verse nada. Es muy agobiante y no recomendado para personas que sufran claustrofobia. Supongo que acabarán controlando y limitando el acceso porque puede incluso llegar a ser peligroso.
Palacio de la Bolsa, de estilo neoclásico, comenzó a construirse en 1842, y es Monumento Nacional.
Y en la Plaza del Ayuntamiento o Plaza de la Libertad terminamos el paseo
Junto a la escultura ecuestre del Rey Pedro I mostrando la carta constitucional me despido por hoy.
En siguientes entradas seguiremos paseando y descubriendo esta bellísima ciudad.
Como me gustaria conocer Oporto este verano !!! Aqui van unas pinceladas de la ciudad de adente y romantica qu es Oporto.
Hola Concha, muchas gracias por escribir. Oporto es una belleza, es una de mis ciudades favoritas de Europa. Si vas en verano te recomiendo reservar con antelación, recibe mucho turismo. Lo ideal es ir en temporada baja, aunque te arriesgas más con el tiempo. Con un fin de semana largo te da tiempo a recorrerlo. Aunque sin duda te quedarñas con ganas de volver. Siempre sorprende.
Hola Carla, estuve en Oporto el año pasado en el mes de Septiembre, y tanto me gustó que regresé sola el mes de Diciembre. Es una ciudad que enamora, que nunca te cansas de pasear, y donde vas descubriendo rincones increíbles en cada calle. Es un destino que creo nadie debería perderse. Muy buen post. Saludos.
Hola Olga, muchas gracias por tu comentario y aportación. Es una de mis favoritas, yo tampoco me canso de volver, de hecho,después de terminar el post, ya estoy deseando volver. Es cierto, no te cansa, siempre descubres nuevos rincones, nuevas ventanas, nuevos detalles. Creo que seguiré escribiendo sobre Oporto. Supongo que ya estas suscrita al blog, perosi no es así, me encantaría que lo hicieras! un abrazo y aquí te espero.
Como siempre un reportaje precioso, ojalá pudiera visitar todos los sitios que nos enseñas, de momento me conformo con verlos a través de tus ojos.
Gracias
Gracias Eva, Hago lo posible para que disfrutéis conmigo. Y son vuestros comentarios la mejor de las energías para trabajar cada nuevo post y sus fotografías. Te mando un beso fuerte
Despues de leer este reportaje sobre Oporto , no puedo resistirme y este verano iré con unas amigas , habia oido mucho hablar del Oporto decadente y melancolico , pero veo en tus fotografias qu hay tambien colorido y una luz preciosa ,, gracias por mostrarnos esta bella ciudad de otra manera ,,
hola Concha, espero que lo disfrutes tanto como yo, precisamente esa parte melancólica le aporta un sabor muy especial. Es una de mis ciudades favoritas. Ya nos contarás. Un abrazo